LOS COCTEAU TWINS: UN OASIS EN MEDIO DEL TRÁFICO

Posted by Le Guamps | Posted in , , , , | Posted on 12:53

El clima de la Ciudad de México estuvo totalmente descompuesto durante el fin de semana. El aspecto del cielo fue el de una densa nata de nubes negras y un ambiente húmedo, sin embargo, nunca llovió. Y el problema radica no en el aspecto gris de la ciudad ni en el aire frío que se siente y que eriza los cabellos a la altura de la nuca, sino que esta transición a la humedad me altera el sistema respiratorio y me produce algún tipo de inflamación en las fosas nasales que me impide respirar de manera fluida. Aunque lo único que fluye (con toda fluidez) es el líquido transparente que cae de mi nariz y que no paro de limpiar con un kleenex y luego con otro, hasta llegar al irremediable acto de recurrir al antebrazo para evitar que la nariz siga escurriendo porque el paquete de kleenex del auto me lo terminé.

Y es que aún con problemas respiratorios y nubes negras me aventuré a salir para resolver algunos pendientes que tenía, pensando inocentemente en que por lo menos media Ciudad de México estaría metida todo el día en la cama y que podría sacar ventaja de esto para moverme a mis anchas, acabar con esos pendientes y estar de vuelta en casa en tiempo récord.

El escenario que encontré en la calle fue el de cualquier día de la semana: obras públicas, desviaciones, cortes en la circulación, autos, gente, más autos, los cafres conductores del transporte público, claxons, semáforos mal sincronizados, automovilistas queriendo ganar el paso... una jungla. Yo mientras tanto metido en el auto, coordinando los movimientos de pies y manos para conducir, alternándolos con los movimientos de antebrazo para frotarme la nariz y con los pinchazos al botón del I POD para adelantar las canciones de un playlist que no me satisfacía del todo.

Al cabo de unos cuarenta y cinco minutos en medio del tráfico logré incorporarme a una avenida con un flujo similar al de mis fosas nasales y al detenerme en el siguiente semáforo en rojo llegó la calma. La guitarra de Robin Guthrie en un rasgueo delicado de cada cuerda, hilando un acorde que sugiere serenidad y da unos diez segundos para tomar un respiro antes de la entrada de la base rítmica con una batería artesanal y un bajo más bien sencillo. Una vez inmerso en este viaje melódico, la discreta incorporación de Elizabeth Fraser en la voz llega para cerrar el círculo de este sueño personal que desarrollo en el interior del auto y que me alienta a repetir de nueva cuenta este track y no parar por lo menos hasta bajarme del coche: es el sonido onírico de los Cocteau Twins en la fluida y tranquilizante Carolyn´s fingers.

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