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Me encontraba recordando una nota que en días pasados dieron por televisión, en la que se anunciaba, de acuerdo con información de la NASA, la entrada a la Tierra de un satélite que ha quedado fuera de servicio seis años antes de cumplir su período de vida útil. Confieso que no puse mucha atención en la información de la nota y me quedé únicamente con el dato de que algo caería del cielo (que no era ni líquido, ni mucho menos papel moneda en denominaciones de quinientos y mil pesos).

 A escasos treinta minutos de haber revisado el sitio web de la NASA y el cable más reciente de la agencia EFE, no sé si sentirme más tranquilo o arrepentido por no haberme quedado en estado total de ignorancia acerca del tema. Ahora me entero que el satélite entrará mañana a la atmósfera de la Tierra y aunque la NASA subraya que los riesgos de sufrir daños son mínimos, lo cierto es que el cable de EFE contiene un dato que para mí dice lo contrario y amplía las posibilidades de que el aparato del tamaño de un autobús y 5,675 kilogramos de peso caiga en cualquier parte, en donde "cualquier parte" debe entenderse como el espacio comprendido entre el norte de Canadá y el sur de Sudamérica, es decir, el continente completo.

 Me he remitido a un mapa que encontré en la red y al verlo en pantalla completa me parece, si mis medidas en cuartas no me fallan, que del Estrecho de Bering al Cono Sur del continente hay unos treinta y cinco centímetros de distancia. Sin embargo esto no me pone a salvo, ya que la distancia real es un poco superior a esto y no se lo discuto a ningún cartógrafo que diría con toda seguridad que la superficie total del Continente Americano es de 42, 000 kilómetros cuadrados.

 Otro dato del cable de la agencia EFE es que el ingreso del satélite a la atmósfera terrestre estaba contemplado entre finales de septiembre y principios de octubre, pero se adelanta debido a que la actividad solar ha aumentado desde la semana pasada, lo que me ha llevado a realizar de inmediato una consulta en el sitio del Servicio Meteorológico Nacional, en donde el pronóstico para el viernes 23 de septiembre es una temperatura máxima de 21 grados y una mínima de 14 con chubascos señalados por una nubecilla con tres gotas de agua cayendo de ella. También se pronostica que la salida del sol será a las 07:25 y la puesta a las 19:32, lo que, según mis cálculos, se traduce en 12 horas y 7 minutos de luz solar para el día de mañana, pero si considero que este es un tema de calor y no de luz, además de que el sol en el espacio seguramente no deja de emitir energía, entonces cualquier cálculo o divagación se convierte en lo que en estos casos se conoce como "patadas de ahogado".

 He leído nuevamente la nota de EFE y reparo en una línea que dice "...es muy difícil estimar con precisión cuando llegará a la Tierra un satélite fuera de control..." (demonios). De acuerdo con los científicos de la NASA, el satélite se despedazará al entrar a la Tierra y al menos 26 grandes piezas resistirán las altas temperaturas al ingresar. Esta última información me deja sin elementos para instrumentar un plan de emergencia ante una clara lluvia de refrigeradores industriales y viene a dar al traste con mi sueño de viajar a Chichén Itzá para conocer los cenotes y de paso darme un baño de temazcal.

 Dada la situación, tal vez podría echar mano del ingenio y asegurarme de que la cisterna se mantenga con buena capacidad al día de mañana, recolectar algunas piedras de río que adornan el jardín, desempolvar el anafre para calentar las piedras, sacar el libro de Pérez Reverte que no terminé de leer, cargar el I Pod, armar un playlist con música de Jorge Reyes, abastecerme de cervezas en el súper, pedirle a la vecina un poco del copal que prende en Día de Muertos (que conveniente) y dejar todo dispuesto para que mañana muy temprano inicie con el ritual. Mañana no tomaré llamadas, no escribiré entradas, ni miraré las noticias. Vigilaré el cielo con medio cuerpo metido en la cisterna, pendiente del paso de algún proyectil, siempre alerta por si hay necesidad de jalar la tapa y encerrarme durante horas. Ya el sábado estaré saliendo con mi cuerpo arrugado para encender la televisión y enterarme de que no sucedió absolutamente nada. Buena suerte.


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